Por: José Antonio Quevedo C.
En 1995, el T-6 fue el ganador de un concurso para elegir el avión de entrenamiento estándar de la Fuerza Aérea y Marina norteamericanos. La disposición de ambas instituciones por seleccionar una misma plataforma para obtener ahorros y estandarizar su doctrina fue calificada como histórica y sumamente trascendental para el futuro de sus fuerzas  armadas.  Al parecer eso mismo sucede ahora en México.
Es importante destacar que el T-6C Texan II es una nueva versión actualizada de este avión, que a su vez es un derivado del Pilatus PC-9M –su mismo rival suizo para el contrato mexicano- modificado a estándares estadunidenses. La legislación norteamericana obliga a que las aeronaves de diseño extranjero adoptadas por sus fuerzas armadas sean construidas por empresas nacionales, generando empleos y consecuentemente protegiendo la derrama económica de su compra y generando condiciones tecnológicas para darles servicio posterior.
Si bien en México no existe una legislación similar, para la elección de este avión hubo un factor que jugó en contra de la elección del PC-9 y del Súper Tucano, aunque el T-6 Texan II es ensamblado por la empresa Beechcraft en Wichita Kansas, ésta empresa cuenta con dos plantas en Chihuahua, y Textron, su nueva compañía matriz, dueña de Cessna y Bell Helicopters, también cuenta con una planta de piezas de helicópteros en Chihuahua. De esta manera el Texan II tiene una parte importante de componentes fabricados en México y con la posibilidad también de ser ensamblado y recibir su ciclo de mantenimiento completo en Chihuahua.
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El T-6C  no es propiamente un entrenador como su sus versiones anteriores, cayendo más en la definición de avión multipropósito ya que incorpora puntos fijos duros bajo las alas para el porte de armamento de entrenamiento, un head-up display (HUD), panel de control de cristal integrado y una avanzada suite de aviónica Esterline CMC 4000 que aumenta en gran medida las capacidades de formación avanzada que puede brindar el avión. Los sistemas se integran con un acelerador Hands-On And Stick (HOTAS), ofreciendo al alumno piloto y al instructor una interfaz más simple en la cabina de mando digital.
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La Fuerza Aérea Mexicana (FAM) opera el Texan II en la Escuela Militar de Aplicación Aerotáctica de la Fuerza Aérea (E.M.A.AT.F.A.) en la BAM 11 en Chihuhua, además de los escuadrones aéreos 402, (Ixtepec) 201 (Cozumel, Q. Roo.), 203 (El Ciprés, B.C.) y 204 (Hermosillo, Son.). Reemplazando a los aviones Pilatus PC-7  de esas bases aéreas.
El escuadrón aéreo 201, junto con el 402, conforma el distrito aéreo militar sureste, cuya tarea prioritaria es interceptar las avionetas del narcotráfico que atraviesan el territorio mexicano de manera ilícita procedentes de los países de América Central. Su zona de responsabilidad coincide con el área donde las autoridades mexicanas registran el mayor número de vuelos no autorizados.
El proyecto de incorporación de aviones T-6C en la FAM es de suma importancia pues confirma continuidad en los programas de la Secretaria de la Defensa Nacional. El primer pedido por seis T-6C se dio en 2011 a un costo de dos mil 100 millones de pesos pues incluía un paquete considerable de infraestructura de apoyo. El segundo pedido costó 678 millones de dólares en el 2012.
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A través de un documento llamado Logros 2014, del  «Programa Sectorial de Defensa Nacional 2013-2018» la Secretaria de la Defensa Nacional da a conocer las principales actividades de la Fuerza Aérea Mexicana durante el año 2014, estableciendo como meta anual incrementar la movilidad estratégica en un 11.3% que equivale a la adquisición de 33 aeronaves, superándose la meta establecida en un 18.7%, al adquirirse 107 aeronaves de diferentes características, para renovar la flota aérea de la Fuerza Aérea Mexicana, entre ellos un avión Learjet 45XR, 18 aviones T-6C+, un helicóptero AGUSTA AW109SP y un avión CHALLENGER 605.
El Texan II es actualmente usado no sólo por los Estados Unidos, sino por una amplia gana de fuerzas aéreas como: La Real Fuerza Aérea de Canadá, La Fuerza Aérea Alemana así como Las fuerza aéreas de Israel, Grecia e Iraq. México se sumó a la lista de usuarios del T-6C Texan II en el año 2012, cuando un primer lote de seis fue entregado a la Fuerza Aérea Mexicana, que los asignó a la Escuela Militar de Aplicación Aero Táctica de la FAM o EMAATFA, en la desértica y aislada Base Aérea de Santa Gertrudis, en el Norte de México y que son fácilmente identificables por sus tonos de anaranjado en el timón del avión.
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A reserva de que más aeronaves sean compradas en el futuro, una vez que todas las entregas se completen México se habrá convertido en un importantísimo socio de la marca Beechcraft al tener en operación no solo más de 70 aviones T-6C Texan II y por lo menos 11 turbo hélices King Air 350i/ER recientemente adquiridos; sino que aparte, desde el año 2007 Beechcraft instaló una planta en el Estado de Chihuahua que actualmente ensambla placas de metal y hace trabajos de cableado eléctrico a aviones King Air y Jets Hawker empleando a más de 1000 personas.