Por: José A. Quevedo
En las últimas semanas y meses hemos visto una cadena de accidentes de aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana, lamentables  todos y que fueron ampliamente difundidos por muchísimos medios de comunicación. Después de la caída de los dos Texan T-6C en la práctica del espectáculo aéreo, siguió un MI-17 que ayudada en las operaciones después del sismo en Oaxaca, el desperfecto de un C-130 en Sinaloa y luego un Bell 412 en Durango con la desafortunada pérdida de vidas humanas.
Estos hechos comenzaron a sembrar dudas en muchas personas respecto de la capacidad de los pilotos y personal de la Fuerza Aérea Mexicana, que señalaron sobre todo en redes sociales, diversos aspectos tanto de adiestramiento, como técnicas de vuelo, y decisiones del mando, algunas daban claridad y otras simplemente, atacaban a esta fuerza armada sin mayor análisis y con el único propósito que hacer daño.
A mí en lo personal me queda muy claro la capacidad de los pilotos militares mexicanos e incluyo también a los pilotos navales, que han estado literalmente y como decimos  en México “rifándose” para llevar a buen fin  los distintos puentes aéreos para llevar el personal y ayuda a las comunidades afectadas por los sismos. Esta operación a gran escala es un claro ejemplo de lo la aviación militar mexicana puede hacer, el ritmo de operaciones ha sido intenso y continua a la fecha, sin mayor novedad que el haber cumplido con la misión encomendada.
Definitivamente el asunto requiere un análisis más profundo, que involucre los tipos de aeronaves, el contexto de la operación y el mantenimiento de las mismas en su caso, el total de horas de vuelo, el total de horas de adiestramiento por cada uno de los pilotos involucrados, las bitácoras de vuelo y un sinnúmero de factores que determinaran que fue lo que paso y cuáles son las causas para proceder a implantar las medidas correctivas y preventivas necesarias. Esa parte del aprendizaje del que fallo, es primordial para los mandos de la FAM con la finalidad de evitar su recurrencia. Sin toda esa información es ocioso atreverse a comparar o señalar algo que sea medianamente certero.
Esta racha de accidentes de aviones militares en México se une a los muchos que se han suscitado en el mundo, España perdió en menos de dos semanas dos pilotos y dos aeronaves un F-18 y un Eurofighter, Argentina perdió un avión de entrenamiento Grob 120 TP, Colombia un helicóptero UH-1H.
Momento del accidente del Eurofighter en España
En los Estados Unidos, la Marina norteamericana paró su flota de helicópteros CH-53, por un accidente de uno de estos en el Pacifico, por su parte la USAF perdió tres aeronaves, dos A-10C Thunderbolt II, el 7 de septiembre durante un vuelo de adiestramiento, donde los pilotos lograron eyectarse y un avión de tipo desconocido el 5 de septiembre falleciendo su tripulante, el accidente ocurrió aproximadamente a 100 millas al noroeste de Nellis AFB. Aunque el tema de escribir sobre un accidente de un tipo de avión que la USAF no quiere dar  a conocer es fascinante  ya que podría ser muchas cosas; un F-35 tal vez? un F-22 o tal vez algún desarrollo secreto, pero no es el tema de este articulo.

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En este mundo de redes sociales todos podemos opinar y señalar sobre casi cualquier tema, todos hemos visto las barbaridades que se dicen respecto a cualquier tópico y está bien, no podemos ni debemos callar voces, la única restricción la pone uno mismo y su conciencia al momento de teclear en la pantalla o en nuestro teléfono celular.
Accidente del helicoptero CH-53 del USMC en Japón
Pero cuando hablamos de un medio que se dice especializado la cosa cambia, existe o al menos debería existir un nivel mínimo de profesionalismo que permita exponer los datos y hechos a su  público, sin sensacionalismos y con datos confiables y verificables y con esto no digo que no se deba cuestionar la labor del gobierno y los operadores aéreos, se debe hacer por supuesto, pero de una manera profesional.
 A pesar de lo anterior hay personas que se atreven a escribir sus poco sustentadas opiniones y peor aun los editores permiten su publicación con evidentes fallas, que van en detrimento de su propio medio, lean por ejemplo esta joya:
“A la FAM no solo le caracteriza su condición improductiva al país, ahora también es estigmatizada por su alta indecencia de accidentes aéreos que a la postre no solo han costado muertes y miles de millones de pesos con cargo al contribuyente”
Como se mide la productividad de algún ente social y privado? ¿Como comparar una aerolínea con una dependencia gubernamental para ver su productividad? ¿que es más productivo la Secretaría de Desarrollo Social o la Secretaría de Comunicaciones y Transportes? No puede haber comparación alguna, porque estamos hablando de cosas totalmente diferentes, con funciones distintas y para no entrar en detalles imaginemos un ejemplo ilustrativo; pongamos enfrente una manzana y una naranja, o que ni así?
Seguimos con el texto, ¿Que es una alta indecencia de accidentes aéreos?, ¿cuánto es miles de millones de pesos? Otros artículos y textos publicados van en el mismo sentido hablan de datos y cifras a medias, hablan de impunidad y de corrupción pero sin señalar a algo o alguien especifico, si queremos avanzar como país, debemos incluir a todos y todas y aquí cabe la prensa y los opinadores, no podemos pedir un gobierno de primera con artículos periodísticos de quinta.