Por: José Antonio Quevedo Carmona
El reglamento del Estado Mayor Presidencial establecía que entre sus misiones generales está desplegar actividades de inteligencia y contrainteligencia para garantizar la seguridad del Presidente, su familia, los mandatarios y altos funcionarios extranjeros que visiten el territorio nacional, así como de los ex presidentes o incluso “de otras personas que “expresamente ordene el titular del Ejecutivo Federal”.
El Estado Mayor Presidencial era un órgano técnico militar que tenia como misión fundamental proteger al Presidente. También otorgaba protección a la familia del Presidente, al presidente electo, a los ex presidentes, a los secretarios de Estado e incluso a candidatos a la presidencia. Estaba integrado por mil 869 personas, de las cuales mil 298 son del Ejército y de la Fuerza Aérea Mexicana; 153 de la Armada; 32 de la Policía Federal; 26 de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México y 360 civiles.
Sus integrantes provenían del Cuerpo de Guardias Presidenciales, que está formado por dos generales, 32 jefes, 337 oficiales y 4 mil 445 integrantes de la tropa. A partir del  1 de diciembre el cuerpo de élite que protegía al Presidente de México desaparecerá y sus elementos serán absorbidos por las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina y por la Policía Federal.
El General Roberto Miranda Moreno  ultimo Jefe del Estado Mayor Presidencial en  su VI Informe de Actividades, señalo que “el Estado Mayor Presidencial es una institución histórica que desde su creación en el México independiente ha acompañado al Titular del Ejecutivo Federal. Afirmó que muchas mujeres y hombres de excelencia han servido con inquebrantable lealtad al país a lo largo de los años, y han dejado un legado de doctrina sobre la seguridad presidencial”.
Enfatizó que con los principios de honor, disciplina y lealtad se dio cumplimiento a las metas trazadas y aseguró que los integrantes del Estado Mayor Presidencial seguirán sirviendo con pasión y amor a México desde la trinchera que el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas les asigne.
Las unidades tienen una adscripción, por ejemplo el 6to batallón  de guardias presidenciales será ahora el 23° batallón de policía militar, el 2do batallón de guardias presidenciales será el 24° batallón de policía militar, los 3er, 4to y 5to batallones de guardias presidenciales se convirtieron en  los 25°, 26° y 27° batallones de policía militar  y el hangar presidencial se convertirá en el 6to grupo aéreo.
El Estado Mayor Presidencial como encargado de velar por la seguridad del Jefe de Estado Mexicano para las actividades de transporte aéreo, por sus características específicas contaba con un  área técnica y especializada para tal fin. La Coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales es la encargada de la planeación, ejecución, supervisión y coordinación de las operaciones aéreas y demás actividades inherentes que satisfagan las necesidades de transporte aéreo eficaz y seguro del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de los servidores públicos y otras personalidades, así como del personal del propio organismo, se integra por las áreas de: Operaciones, Mantenimiento, Administración y el Grupo Aéreo de Transportes Presidenciales.
Grupo Aéreo de Transportes Presidenciales
El Grupo Aéreo de Transportes Presidenciales era una unidad de la Fuerza Aérea Mexicana, que dependía  operativamente del Estado Mayor Presidencial, fue creado mediante decreto el 16 de abril de 1986.
Para el cumplimiento de las operaciones aéreas, proporciona a la Coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales, el personal de pilotos aviadores y de los servicios aéreos, que garanticen el transporte aéreo eficaz y seguro del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y del personal del Estado Mayor Presidencial.
La flota aérea presidencial se integra por aeronaves de ala fija y helicópteros, que  tienen la capacidad de efectuar diversas operaciones aéreas, tanto en aeropuertos internacionales, nacionales y aeródromos; los helicópteros a su vez realizan sus operaciones en helipuertos de todo tipo y hasta en plataformas petroleras, incluso anaveajes en buques de la Armada de México.
Los requerimientos mundiales para la navegación aérea, han hecho que las aeronaves presidenciales mexicanas recibieran certificaciones para realizar vuelos de largo alcance, siendo la Coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales el primer organismo aeronáutico en México que obtuvo estas certificaciones. Una característica fundamental que tiene la flota del Estado Mayor Presidencial es su capacidad de reacción inmediata las 24 horas del día, los 365 días del año, para realizar cualquier tipo de misión tanto en territorio nacional como en el extranjero. Esto es posible gracias a la constante capacitación y disciplina de los pilotos aviadores y del personal de apoyo en tierra, así como a los programas de mantenimiento que reciben todas las aeronaves, tal y como ocurrió con el asesinato de los turistas mexicanos en el Desierto Occidental, en Egipto donde seis connacionales más resultaron heridos el 13 de septiembre del 2015, incidente que provocó una distancia política entre Egipto y México, aunque hay más preguntas que respuestas sobre los responsables del incidente, ambos gobiernos normalizarán por completo su relación bilateral con la edificación de un memorial a las víctimas mexicanas, por lo que el entonces el avión con mayor capacidad y autonomía con el que contaba el gobierno mexicano fue enviado para el traslado de los mexicanos heridos, en esa ocasión el Boeing 757-225 matrícula TP-01 aterrizó en el Cairo.
Debido a los altos estándares de seguridad requeridos en la ejecución de las operaciones aéreas de esta unidad, se ha establecido un programa de adiestramiento anual en el que participa el personal de las diferentes especialidades, que incluye tomar cursos en centros de capacitación del más alto nivel, tanto nacionales como extranjeros.
La operatividad de la unidad aérea se puede comprobar por el numero de misiones cumplidas en los últimos años, llevado a cabo operaciones en 59 países transportando a presidentes, primeros ministros, reyes, altos funcionarios extranjeros y miembros de organizaciones internacionales durante sus visitas a México. Mención especial merece el hecho de que el Papa Juan Pablo II viajara en un helicóptero del GATP durante sus visitas a México. Esto es un reconocimiento de la operatividad, seguridad y confianza en el personal y aeronaves, lo anterior a pesar del accidente sufrido por el helicóptero Súper Puma AS332 matrícula TPH-06, el 11 de noviembre de 2011,  en donde falleció el entonces Secretario de Gobernación  José Francisco Blake Mora.  
Las aeronaves del Estado Mayor Presidencial, también han realizado misiones humanitarias, como por ejemplo  en los años 1998 y 2005, cuando tras la devastación ocasionada por los fenómenos naturales en los estados de Chiapas, Oaxaca y Quintana Roo rescataron y evacuaron personas, y se encargaron tanto del transporte como de la distribución de víveres e insumos médicos.
El alto nivel operativo  y la amplia experiencia de los pilotos aviadores se ven reflejados en las 175,428 horas de vuelo que tienen acumuladas. Además cinco pilotos aviadores de manera individual han obtenido la presea “Emilio Carranza”, máximo reconocimiento otorgado en nuestro país por autoridades de aeronáutica a quienes acumulan diez mil horas de vuelo y, por consiguiente, gran experiencia y capacidad operativa. Asimismo, nueve especialistas en mantenimiento de aviación recibieron la misma presea por contar con 25 o más años de servicio, con lo cual demuestran su dedicación, profesionalismo y perseverancia en el desempeño de sus actividades cotidianas.
Un F-16 noruego escolta al TP-01
Como parte de las múltiples actividades realizadas desde inicios de la década, se han coordinado operaciones aéreas en cuatro cumbres de jefes de Estado y/o de gobierno y un evento internacional llevados a cabo en México, en los que participaron en total 95 naciones. Para ello fue necesario el enlace y coordinación con las autoridades de dichos países y los organismos aeronáuticos, administrativos y de servicios de apoyo correspondientes. Por lo que respecta a las actividades que el Presidente de la República realiza en el interior del país, el Estado Mayor Presidencial se coordina con autoridades gubernamentales, estatales y municipales, y de los aeropuertos involucrados.
Hasta diciembre de 2018, el Presidente de la República utilizaba básicamente el avión Boeing 787-8, “José María Morelos y Pavón”, matrícula TP-01 y el helicóptero EC-225 matrícula TPH-01.
El 787 mexicano, que lleva la designación militar TP-01 y la matrícula civil XC-MEX, era uno de los seis aviones empleados por Boeing para las pruebas de vuelo del Dreamliner, utilizando la matrícula civil norteamericana N787ZA, tras ser construido en 2009. Posteriormente, en octubre de 2014, tras un breve paso por la BAM N° 1 , se trasladó al aeropuerto de Dallas Love Field (Texas), donde se trasformó su interior para operar como transporte VIP.
Las instalaciones que albergan el hangar presidencial se destinaron al servicio del Estado Mayor  Presidencial con el decreto del 6 de febrero de 1985. Este se localiza en el extremo sur del Aeropuerto Internacional de la ciudad de México. En este sitio se ubica la Coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales, unidad que cuenta con la infraestructura para resguardar y proporcionar mantenimiento a la flota aérea presidencial.
El hangar presidencial ahora 6to Grupo Aéreo tiene una plataforma de maniobras con  capacidad para estacionar  simultáneamente tres aeronaves Boeing 757, 747 o 737, así como dos helicópteros Puma o Súper Puma. Además, dispone de cuatro hangares, un salón principal para recepción y atención de personalidades, una sala de relaciones públicas, oficinas, talleres y áreas de servicio necesarias.
El personal y talleres del hangar presidencial se encuentran calificados por la Dirección General de Aeronáutica Civil, máximo organismo que regula la aviación en México, contando además con la certificación del fabricante para aplicar el mantenimiento y conservación de los helicópteros, cumpliendo la normatividad nacional e internacional. Esto permite que la mayoría de los servicios de mantenimiento se realicen en las propias instalaciones, además de estar a la vanguardia en el avance tecnológico aéreo.