Por José A. Quevedo
En días pasados la Misión 5 del Vehículo de Prueba Orbital (OTV) Boeing X-37B de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) aterrizó con éxito en la Instalación de Aterrizaje del Centro Espacial Kennedy de la NASA el 27 de octubre de 2019. El muy reservado X-37B OTV es un programa de prueba experimental para demostrar tecnologías para crear tecnología confiable y reutilizable de vehículos espaciales, así como una plataforma de prueba espacial no tripulada para la USAF.
El X-37 fue lanzado desde Cabo Cañaveral el 17 de septiembre de 2017 y pasó 780 días en el espacio en una misión clasificada. La misión anterior la 4 tomó 718 días, por lo que con esta quinta misión se establece un nuevo récord.  Los X-37 (un prototipo activo X-37A y dos X-37B) son propiedad de la Oficina de Capacidades Rápidas de la Fuerza Aérea. Planean tener la próxima misión X-37 en 2020.

Es el X-37B, un misterioso avión espacial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos -construido por la empresa Boeing- cuyas misiones militares son clasificadas, siendo su diseño muy similar a un transbordador espacial, pero es mucho más pequeño ya que mide casi 9 metros de largo con una envergadura de alas de 4,6 metros y una bodega de carga del tamaño del de una camioneta.
Este vehículo opera dentro de un programa secreto y no se sabe con exactitud qué tareas cumple durante sus vuelos, aunque, la USAF explicó en un comunicado que los objetivos del X-37B son dos: «el desarrollar tecnologías de naves espaciales reutilizables para el futuro de Estados Unidos en el espacio y la realización de experimentos que se puedan repetir y examinar en la Tierra». Entre las tecnologías que se están poniendo a prueba se incluyen sistemas avanzados de dirección, navegación y control, sistemas de protección térmica, estructuras y empaques resistentes al calor y de aviónica, aunque también están estudiando sistemas de vuelo electromecánico ligero, sistemas avanzados de propulsión y autonomía de vuelo orbital, reingreso y aterrizaje, señalo el comunicado.

Es así que as pruebas parecen estar concentrándose en extender la resistencia y duración del X-37B ya que cada una de las misiones ha sido más larga que la anterior. Esa tendencia ha llevado a los expertos a preguntarse para qué necesita la fuerza aérea tener una nave volando durante tanto tiempo.
Según diversas publicaciones, fuentes cercanas al proyecto han señalado que el X-37B está diseñado para llevar a bordo sensores experimentales, como cámaras de alta tecnología y radares de mapeo terrestre probando que el vehículo orbital puede maniobrar en el espacio y cambiar de órbita así que esa habilidad de reprogramación, maniobrabilidad y reutilización convierten al X-37B en una opción mucho más barata y flexible que un satélite.

Imágenes: USAF por Jeremy Webster  y Michael Martin