Diez aviones F-5E y dos F-5F fueron incorporados en la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) en agosto de 1982, con ellos se activó el Escuadrón Aéreo 401, que tiene la responsabilidad de la defensa aérea de la zona central de México y su ciudad capital. Con ese equipamiento no fue raro que este escuadrón se convirtiera en el estelar de la Fuerza Aérea Mexicana. Pero después de 40 años de uso, el F-5E continúa en la primera línea de la FAM y de acuerdo a los planes de esta fuerza, continuará operativo, hasta después del año 2025, cuando llegue su reemplazo.

En febrero de 1981 se conocía por la oficina de prensa de la Presidencia de México, que se habían adquirido para la FAM una docena de reactores F-5E/F, el 25 de febrero de ese año, el entonces secretario de la Defensa, el Gral. Félix Galván López confirmó que se estaba negociando la compra de una docena de aviones F-5E/F a los Estados Unidos.

Ese día el secretario de la Defensa Nacional, señaló a la prensa que dicha operación costó al país mil 450 millones de pesos y que cada avión costo 145 millones de pesos y explicó que “…ante el crecimiento económico, industrial y petrolero que está presentando México, es indispensable que las fuerzas armadas lo hagan para que se cuente con la seguridad y se disfrute de esos recursos.” Agrego además que la adquisición significa un reforzamiento de las fuerzas armadas y la posibilidad de defender nuestro espacio aéreo que casi lo teníamos descubierto. Respecto a la adquisición del Kfir señaló, que debido a las dificultades que representaban la distancia y el alto costo de esos aviones, la operación se tuvo que anular.

El contrato suscrito entre la Secretaría de la Defensa Nacional y Northrop Aircraft Co. (Proyecto FMS IF-70), ascendió a más de 100 millones de dólares, incluyendo el suministro de diez nuevos aviones F-5E y dos F-5F, refacciones, capacitación, armamento y equipamiento para mantenimiento. Con base en ese contrato, la FAM podría ejercer la opción de compra de doce aviones adicionales, opción que nunca fue ejercida por los problemas económicos surgidos en 1982 y 1985. El costo de las aeronaves fue de cincuenta y ocho millones doscientos veinte mil dólares ($58’220,000.00) y el resto se destinó al entrenamiento, refacciones y equipamiento.

La FAM es operador de la versión del F-5E denominada de “calidad mejorada” ó F-5E IHQ  Versión de Calidad Mejorada o VCM). Esta versión se caracteriza por contar con un cono de nariz mucho más plano y redondeado así como una mayor extensión alar ó LEX (Leading Edge Extension) que se incorporaron en el diseño del F-5G ó F-20. Los usuarios de esta versión son los últimos en la línea de producción como México, Bahrain, Corea del Sur, Malasia y las últimas versiones incorporadas por Singapur y Suiza. Algunos F-5E de la marina norteamericana fueron equipados en los años noventa con ese cono de nariz. Los F-5E IHQ tienen mucho mejores prestaciones en vuelo y maniobrabilidad que sus predecesores.

Para iniciar la integración de un nuevo escuadrón de combate, equipado con veloces interceptores, la Comandancia de la Fuerza Aérea Mexicana seleccionó al personal que se haría cargo del mantenimiento y la logística de estas aeronaves, enviando en una primera instancia a más de 90 elementos de mantenimiento y apoyo a la Base Aérea Williams en Fénix, Arizona, lugar donde se ubicaba el Escuadrón de Entrenamiento Táctico de Pelea 425 (425th TFTS). Un programa formal debidamente estructurado, fue utilizado para capacitar al personal de mantenimiento que apoyaría las operaciones de los aviones F-5E/F en México.

Para el personal de vuelo, se eligió a pilotos que contaran preferentemente, con experiencia en el avión T-33, recordemos que la FAM operaba este reactor de entrenamiento que permitía a sus pilotos contar con un nivel de adiestramiento para operar aeronaves de mayor desempeño, algunos pilotos de otros escuadrones, fueron destacados al 7° Grupo Aéreo Jet de Pelea para efectuar curso del idioma inglés, así como entrenamiento regular de refresco de las tripulaciones en los T-33, en preparación a la capacitación para el F-5E/F, algunos de los escuadrones que aportaron pilotos fueron el EMET, el E.A. 203 y el E.A. 208, enviando en una primera instancia a ocho pilotos a la Base Aérea de Williams en Phoenix, Arizona, ahí se encontraba el Escuadrón de Entrenamiento Táctico de Pelea 425 (425th TFTS), recibiendo adiestramiento como pilotos de combate y otros como instructores durante ocho meses, entre ellos podemos mencionar al Coronel Ernesto Arcos Oropeza, al Teniente Coronel Julio Ponte Romero, al Mayor Chapa Casas, a los Capitanes Valenzuela Mata, Vega Rivera, Bustillo Chiñas y José León Ortiz.

En su artículo Pioneros del Escuadrón Aéreo 401, publicado en el número 146 de la Revista América Vuela, octubre–noviembre 2012, Mariano García, especialista en aviación militar relata lo siguiente: 

En agosto de 1982, después de haber terminado el curso en Phoenix, Arizona, nos trasladamos, el entonces teniente coronel Arcos Oropeza y yo (Julio Ponte Romero) a Palmdale, California, donde recibimos el curso para hacer los vuelos de prueba de mantenimiento.

Antes de empezar a volar los aviones llegamos a los salones de clase en Heathrow, un aeropuerto en la misma ciudad, donde recibimos adiestramiento en tierra y el curso de vuelo, después nos trasladaron nuevamente a Palmdale, donde tomamos los cursos de Vuelo de Revisión de Mantenimiento, en los que un piloto capacitado hace pruebas a un avión recién salido de la línea de producción.

El manual tiene aproximadamente 44 páginas, donde se exponen todos los sistemas del avión y se anotan los parámetros de arranque, revoluciones, temperaturas, tiempo en que bajan las aletas hipersustentadoras o el tren de aterrizaje. En EU pasamos 16 meses, tiempo en el que hicimos el curso de inglés, el de piloto de F-5, el de combate, el de instructor, el de instructor de combate y finalmente el de revisión de mantenimiento.

Este último curso es de mucha responsabilidad pues las pruebas de recepción no permiten errores u olvidos de algún paso. Los aviones nuevos tienen que estar certificados al 100% pues un error podría ser de fatales consecuencias para los pilotos. Cuando hicimos el primer traslado, ( el 10 de agosto de 1982) Arcos y yo despegamos al mismo tiempo de Palmdale hacia La Paz, B.C. en silencio de radio y a mach .92, controlados por San Diego, que nos dejó hasta que contactamos con Mazatlán, esta ruta la conocíamos desde los tiempos en que trasladamos a México los Lockheed T-33, por lo que eran cielos muy familiares para nosotros, aparte de que las condiciones meteorológicas son siempre ideales para volar y sacar ventaja del combustible. Recargamos carburante en La Paz y despegamos, pero el tanque ventral de mí F-5F, no alimentó al avión, así que tuve que aterrizar en Guadalajara mientras Arcos continuó hasta Santa Lucía, razón por la que llegué media hora después que él en su F-5E. En Santa Lucía nos dieron una recepción muy cálida, en la que participaron el comandante de la FAM y el secretario de la Defensa Nacional Félix Galván López, quien nos felicitó por el curso y se mostró muy satisfecho y orgulloso de estos aviones caza.

Para las siguientes entregas, la fábrica Northrop siempre cumplió los tiempos de entrega y volábamos de regreso a Estados Unidos en aerolíneas regulares, para seguir trasladando los aviones”.

Hasta ahí el relato de los primeros pilotos supersónicos mexicanos

Para los primeros días de septiembre se completó una escuadrilla con cinco aparatos monoplazas tipo E y dos biplaza tipo F. El día 14 de septiembre, el Presidente de México en una visita a la Base Aérea Militar Nº 1, pasó revista al flamante Escuadrón Aéreo de Defensa 401 (EAD 401).

En la mañana del 16 de septiembre, los hombres y máquinas del 401 se prepararon para sobrevolar la Ciudad de México. A las 11:00 horas, en una formación de siete aparatos, los F-5E/F surcaron a toda velocidad en dirección poniente-oriente el Zócalo de la Ciudad de México, la gente congregada en la Plaza de la Constitución y hasta los mismos integrantes de las fuerzas armadas, no pudieron evitarlo, levantaron la cabeza con expresiones de asombro para observar los nuevos interceptores cuando surcaron el espacio aéreo de la Ciudad de México.

Los siete aviones sobrevolaron por más de una hora el espacio aéreo de la Ciudad de México, a través de distintos patrones de vuelo que abarcaron toda la zona conurbada de la Ciudad. Siendo esta la primera exhibición pública en vuelo de un caza supersónico de la Fuerza Aérea Mexicana, durante la parada aérea conmemorativa del Aniversario de la Independencia de México el 16 de septiembre de 1982.

En esta primera aparición los F-5E/F, fueron volados por los siguientes pilotos aviadores del Escuadrón Aéreo de Defensa 401:

RANGO NOMBRE

Tte.Cor.               Ernesto Arcos Oropeza

Mayor  Julio Ponte Romero

Capitán José Gerardo Vega Rivera

Capitán Ernesto Aburto Verduzco

Capitán Humberto F. Chapa C.

Capitán Alfredo Valenzuela Mata

Capitán José León Ortiz González

El Escuadrón Aéreo de Defensa 401 como se denominó los primeros años, dependió operativamente de manera directa del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, posteriormente junto con el Escuadrón Aéreo Jet de Pelea 202, formó el 7/o. Grupo Aéreo de la 1/a. Ala de Combate ubicada en la Base Aérea Militar No. 1 en Santa Lucía, Estado de México hasta el año de 1997. El 1° de enero de 1998, la unidad cambió su denominación a Escuadrón Aéreo 401, (E.A. 401) encuadrándose dentro del ala de combate de la Fuerza Aérea Mexicana.