Por Ihuitl Maldonado

Si buscamos en la WEB, el Spotting es definido como la observación y registro, principalmente de manera fotográfica, de aeronaves, barcos, trenes o automóviles, que actualmente tiene como fin último la publicación en sitios especializados o particulares de aquellos que practican esta afición y que ha tomado un auge importante en los últimos años debido en gran medida al avance de la tecnología y menor costo de las cámaras fotográficas.

Hacía ya algún tiempo que no tomaba mi cámara fotográfica e iba a visitar algún lugar para realizar algunas tomas de aviones, por lo que con muy buen ánimo debido a que era un día claro y con buen sol, me dispuse a visitar un conocido lugar ubicado frente a la cabecera de las pistas cero-cinco izquierda y derecha del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), sitio muy concurrido por los famosos Spotters que, por su inigualable ubicación permite hacer muy buenas tomas de los despegues y aterrizajes; ya en el lugar me encontraba entretenido fotografiando un Boeing 767 de Latam mientras esperaba la llegada del Airbus A-350 de Iberia, avión de última generación que apenas cuenta con algunos meses llegando de manera regular al Aeropuerto Benito Juárez y el cual no figuraba en mis registros, cuando escuche una voz a mi lado que decía: “mira… ese es un Boeing 767-300, ¡qué bonito y que moderno es!”, el comentario no hubiese tenido mayor impacto, sin embargo me llamo mucho la atención el que proviniese de una chica, que además de ser bastante joven le daba el santo y seña a su mamá, que la acompañaba, sobre las características del avión.


Siempre es bueno contar con un buen lente que nos permita acercamientos espectaculares. Foto: Ihuitl Maldonado

En ese momento reparé en que eso no era algo común, al menos para mí, una mujer tan joven e interesada por los aviones, eso no sucedía cuando empezaba a fotografiar aeronaves, por lo que comencé a mira en derredor para notar que la mayoría de los Spotters allí reunidos no pasaban la media de los 15 a 20 años de edad, bastante jóvenes pensé, no pude evitar hacer la comparación con mis contemporáneos que más o menos a la misma edad o quizá un poco mayores iniciábamos también en esta afición; indiscretamente, he de confesar, comencé a escuchar lo que ellos hablaban, denotando un buen conocimiento sobre aeronaves, quizá fuere por la magia del internet que hoy en día nos acerca más, pero sobre todo el hecho de que mostraban un gran interés que no pudo hacer otra cosa que entusiasmarme, de lo cual nació la inquietud de verter en estas líneas algunos datos, vivencias y anécdotas pero de otras épocas y lugares.

En noviembre de 1911 se llevaron a cabo las exhibiciones Moissant en Balbuena, uno de los fotógrafos era Gustavo Casasola. Imagen: Puerto del Aire SCT

Remontándonos al pasado, la fotografía de aviones, conocida actualmente como Spotting tiene su origen prácticamente desde el inicio de la aviación misma, en nuestro país podríamos decir que el primer Spotter fue Gustavo Casasola, famoso fotorreportero que a principios del siglo XX además de retratar la cotidianeidad de la sociedad del México del Porfiriato, también fotografío diversos aspectos como las artes escénicas, la industria, las revueltas o los transportes, inmortalizando por ejemplo los primeros circos aéreos en nuestro país en el año 1911; varias décadas después podemos mencionar a personajes como Josafat Muñoz quien quizá haya sido uno de los que mayor huella ha dejado pues literalmente iba a todos lados con su cámara, registrando ampliamente el periodo comprendido entre 1945 y 1980 principalmente en lo referente a aviación militar; la afición por retratar aviones en vuelo logró que surgieran personajes que no solamente tomaban fotografías, sino que además llevaban registros puntuales de matrículas, tipo de aeronave, decoraciones y detalles particulares que al final han pasado a ser estudios históricos de los diferentes periodos y que son retrato indeleble de épocas y aeronaves que no volverán, como por supuesto pasará con los modernos aviones que hoy vemos despegar, nombres como José Luis Díaz Infante o Mardonio Islas que captaron momentos muy puntuales dentro de la aviación militar hoy son conocidos por su enorme acervo en imágenes; ya hacia periodos actuales, hablando de los años 90 y principios del nuevo siglo, el Spotting no solo se trataba de tomar la imagen sino de hacerla espectacular y aquí entran personas como Jorge Rocafort o Daniel Domínguez, verdaderos artífices de la fotografía que han materializado grandes momentos de manera impactante, así como muchos otros nombres que en este momento escapan a mi memoria pero no por ello son menos importantes en términos de su contribución.


Josafat Muñoz fotografió principalmente aeronaves militares durante y posterior a la Segunda Guerra Mundial. Foto: Josafat Muñoz

Helicóptero Alouette II en los años ochenta en la Base Aérea de Santa Lucía. Foto: José Luis Díaz Infante

Algunos Spotters han logrado llevar registros puntuales de las aeronaves como es el caso de este Airbus-340 que incluye una nota de su destino final. Foto: Jorge Rocafort

Pensando en estos datos y de manera natural mi mente se transportó algunos años atrás, recordando que precisamente al otro lado de la avenida Fuerza Aérea Mexicana que era donde nos encontrábamos, la cual llevaba el nombre de Hangares, allá por los años 70’s u 80’s nos reuníamos también un grupo de jóvenes, algunos en compañía de nuestros padres, otros no, para hacer lo mismo justamente los días domingo esperando la llegada del que entonces era el avión más espectacular de la época, refiriéndome por supuesto al Concorde de Air France, que siempre puntual arribaba a las cinco de la tarde; en aquellos años no existía la enorme valla de concreto y acero que impide la vista al interior del aeropuerto, en su lugar solamente había una malla ciclónica que permitía la mejor vista del lugar; recuerdo también que muchas personas tomaban sus fotografías con cámaras Kodak 126 o 110, con lentes tan pequeños que hacían que el avión se viera diminuto a la hora del revelado, lejos estaban aún los modernos equipos digitales que permitirían tomar 100 o 500 imágenes al menos, en ese entonces uno contaba con no más de 24 o 36 exposiciones por lo que había que pensar bien la imagen, algunos otros asistentes llegaban con equipos de 35 milímetros con telefoto o quizá un lente zoom, pero que también median sus tomas pues los rollos fotográficos no eran eternos y el revelado no era barato.


Eventos de gran relevancia como la Feria Aeroespacial Mexicana (FAMEX), permiten ver de cerca aviones de otros países. Foto: Ihuitl Maldonado

A medida que pasaba el tiempo, la afición del Spotting se incrementaba en cada uno de los que compartíamos el interés por los enormes aparatos que aterrizaban, afición que no solo se circunscribía a la aviación civil, sino también a la militar que era representada por la Fuerza Aérea Mexicana precisamente en los desfiles del 16 de septiembre, cuando en formación cruzaban los cielos de la ciudad de México, por lo que ahora uno buscaba la forma de llegar a la base aérea de Santa Lucía, a la cual era casi imposible entrar, sin embargo la buena fortuna permitió que un 10 de febrero del año 1993 se realizara un “puertas abiertas” en que miles de personas acudimos a conocer de cerca los aviones militares y por supuesto a Spottear todo lo posible, después de esto ya nada fue igual, el interés crecería hasta buscar shows aéreos como la Aero Expo que se desarrollaba en Acapulco cada 2 años o cualquier tipo de evento que permitiese tener a los aviones de cerca.


Los shows aéreos son el marco perfecto para tomas fuera de lo común, como este Extra 300 en Atlixco Puebla. Foto: Ihuitl Maldonado

Así mismo, uno buscaba hacerse de un mejor equipo fotográfico, en lo particular ya había pasado de mi primera cámara de 35 mm, una Fuji STX-2 equipada con un modesto lente de 70 mm, a la más moderna Rebel de Canon con lentes intercambiables pero aún de rollo de 35 mm, en que por las características en que fotografiábamos, es decir en días soleados, nos obligaba a buscar película de sensibilidad baja como la ISO25 o ISO50 que al quemar lentamente lograba obtener fotografías de alto contraste, lo difícil era conseguir laboratorios que la procesaran, con todo, el entusiasmo lograba maravillas y uno evolucionaba con la tecnología disponible y de las tradicionales cámaras de rollo se pasaba a las primeras electrónicas, las cuales en un principio no era las mejores al ser de enfoque digital, que sin embargo permitían realizar cientos de fotografías pasando del engorroso revelado hasta llegar a los modernos equipos con enfoque óptico en que la toma de imágenes era ilimitada para posteriormente y frente a la comodidad de la computadora seleccionar las mejores e incluso mejorarlas con algún programa de diseño, cosa que en el pasado no sucedía pues uno ajustaba los parámetros para la toma y como se quemaba el negativo sería como se imprimiría, sin retoques ni mejoras digitales, con el espíritu de la fotografía tradicional.


Grupo de jóvenes Spotters, que actualmente incluye un sinnúmero de mujeres aficionadas, es loable el que las nuevas generaciones se interesen por la aviación. Foto: Ihuitl Maldonado

De esta manera llegamos al hoy en día en que la afición por el Air Spotting ha traspasado fronteras y unido a un sinfín de personas que intercambian sus imágenes o bien las publican en sitios especializados para beneplácito de los demás, todo siempre con el debido respeto al autor y en perfecta armonía, porque hemos de reconocer que no siempre fue así, hubo un tiempo durante la primera década del nuevo milenio en que los Spotters competían de tal manera por lograr la mejor fotografía y ser los primeros en publicarla en línea que hacía que en ocasiones cometiesen alguna tropelía, como el burlar la seguridad en los accesos y colarse al interior de los aeropuertos o incluso, hablando de la aviación militar y de la oportunidad que hace algunos años la Fuerza Aérea Mexicana otorgo de poder asistir a los preparativos del desfile aéreo, de intentar colarse a las aeronaves o tratar de ingresar con personas que nada tenían que ver con la afición y mucho menos conocían los lineamientos de seguridad que invariablemente debían ser respetados, situación que acabo en no poder continuar asistiendo durante algún tiempo por parte de personas comprometidas ya fueran Spotters o incluso periodistas, afortunadamente la selección natural los ha ido apartando del camino y con el debido respeto a las normas las cosas han regresado a la normalidad.

En ocasiones la espera vale la pena y uno logra fotografiar aeronaves controvertidas, como el Boeing 787 Presidencial TP-01 “José Ma. Morelos y Pavón”. Foto: Ihuitl Maldonado

En un inicio los Spotters eran un círculo bastante reducido en que todos se conocían, en la actualidad al ser ya cientos los que practican esta afición, los nombres se diluyen quizá un poco dentro de la multitud, no obstante no están exentos de lograr esa imagen espectacular y con ello pasar a formar parte del selecto grupo que ha estado en el momento indicado y en el lugar preciso para capturar esa aeronave tan especial que todos buscan; así es que amigos Spotters, la afición es lo que nos mueve, hay que tener muy presente que lo que retratemos el día de hoy será el registro histórico del mañana, por lo que hay que divertirnos pero también tratar de llevar un orden.

El Airbus A-350 aterrizando en la pista 05 derecha, donde se puede apreciar claramente la vista con que cuenta el Spotter. Foto: Ihuitl Maldonado