Por: José A. Quevedo

Circula en redes sociales la información de que el gobierno de México comprara un nuevo avión presidencial, esto a raíz de la publicación de la propuesta del Presupuesto de Ingresos 2024 (PEF) que se envió a la Cámara de Diputados de México para su discusión y aprobación.

La información deriva de la interpretación errónea del documento de Proyectos de Inversión del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) de 2024 en las que aparece el rubro “Adquisición de una Aeronave de Transporte Estratégico para uso Presidencial y del Estado Mayor”, junto con la clave 12071320003.

Sin embargo, esa clave corresponde al avión presidencial adquirido en 2012, aunque en el documento se muestra el monto total y los pagos anuales del avión presidencial que México obtuvo en 2012 y que López Obrador malbarato a la Republica de Tayikistán, en abril de 2023. Los informes indican que, hasta el momento, se han destinado 4.606 millones de pesos (269 millones de dólares) por el pago del avión y se proyectan que se siga pagando durante al menos los próximos cuatro años.

El PPEF de 2024, que aún requiere la autorización del Congreso, contempla que se paguen 387 millones de pesos unos 22 millones de dólares y que se continúe con el pago de ese avión al menos durante los próximos cuatro años.

El remate del avión presidencial mexicano se une a una larga lista que incluye la paralización del programa de construcción naval, la cancelación de los helicópteros SH-60 Seahawk, a la falta de impulso para los programas de desarrollo tecnológico de la industria militar y de los programas de desarrollo de vehículos militares, así como a la falta de un programa de reequipamiento de la Fuerza Aérea Mexicana.

A la perdida de capacidades se une también una perdida en el pago de la aeronave, ya que el costo original de la aeronave, de acuerdo con el presupuesto 2024, fue de unos 338 millones de dólares y rematado en 92 millones de dólares de acuerdo con el tipo de cambio.